El Feng Shui no es solo una técnica decorativa, sino una filosofía milenaria nacida del Taoísmo, que invita a observar la naturaleza y aprender de ella. Su esencia está en comprender cómo fluye la energía (el Chi) en nuestro entorno y cómo este movimiento puede influir en nuestra vida, nuestra salud y nuestras relaciones.
Realmente no me meto en la arquitectura en la habitación del hotel. Pero tal vez un poco de Feng Shui aquí y allá.
Con más de 3.000 años de historia, el Feng Shui surgió en la antigua China. Al inicio se aplicaba para elegir lugares sagrados donde enterrar a los ancestros, buscando el descanso en paz de los fallecidos, asegurará también la prosperidad de sus descendientes. Con el tiempo, sus principios se expandieron al diseño de ciudades, palacios y hogares, convirtiéndose en un arte completo para crear espacios que favorecen el bienestar físico, emocional y espiritual.
A lo largo de los siglos, el Feng Shui se diversificó en dos enfoques principales:
La Escuela de la Forma: se basa en la observación del paisaje, la geografía y la topografía. Montañas, ríos y edificaciones influyen en el flujo del Chi.
La Escuela de la Brújula: utiliza la Luo Pan (literalmente “el Universo en una bandeja”) para interpretar la orientación de los espacios y su conexión con las energías cósmicas.
En aquellas épocas, los seres humanos vivían más cerca de la naturaleza y estaban mucho más conectados con sus emociones y sensaciones. Hoy, en medio del ritmo acelerado de las ciudades, esta sabiduría se vuelve un puente para reconectar con lo esencial.
Para el Feng Shui, nuestra vida está marcada por tres fuerzas cósmicas que interactúan entre sí:
Tien Chai – La Suerte del Cielo: la energía que recibimos al nacer, dones y limitaciones que forman parte de nuestro destino.
Ren Chai – La Suerte del Hombre: la construimos con nuestras elecciones, acciones y decisiones conscientes.
Ti Chai – La Suerte de la Tierra: corresponde al entorno físico en el que vivimos. Aquí es donde el Feng Shui actúa directamente, ya que todo cambio en el espacio repercute en nuestros hábitos y emociones.
Cuando trabajamos en nuestro crecimiento personal (Ren Chai) y armonizamos nuestro entorno (Ti Chai) con Feng Shui, podemos transformar de manera profunda nuestros caminos de vida.
Y aquí está la razón por la que cada vez más personas en España buscan aplicar el Feng Shui en casa porque descubren que un cambio en su espacio es, en realidad, un cambio en su interior.
La entrada es la “boca del Chi”, el lugar por donde la energía vital ingresa a tu hogar. Es también la primera impresión que reciben tanto las visitas como tú misma cada vez que entras.
Un recibidor oscuro, desordenado o cargado de objetos innecesarios bloquea la energía, mientras que una entrada limpia, luminosa y acogedora abre las puertas a nuevas oportunidades.Un recibidor oscuro, desordenado o cargado de objetos innecesarios bloquea la energía, mientras que una entrada limpia, luminosa y acogedora abre las puertas a nuevas oportunidades. Coloca una alfombra suave, un mueble práctico pero ligero y algún elemento natural como una planta sana o un florero. Evita los objetos rotos, las pilas de zapatos o papeles acumulados todo lo que se ubica en la entrada condiciona tu estado de ánimo al llegar y al salir. En Feng Shui, proteger y cuidar este espacio es asegurarte que la energía que ingresa sea clara, fluida y positiva.
Coloca una alfombra suave y un mueble práctico pero ligero.
Añade un elemento natural como una planta sana o un florero.
Evita zapatos acumulados, objetos rotos o papeles en exceso.
El dormitorio es el corazón de tu energía personal. Allí se regenera el cuerpo, se fortalece el sistema inmune y se alimenta la intimidad de pareja. Si este espacio está cargado de tecnología, desorden o colores demasiado estridentes, el descanso se ve afectado y, con él, tu salud y tu equilibrio emocional.
Para crear un dormitorio óptimo: Escoge colores neutros y suaves, como beige, blanco roto, arena, verdes o rosas claros. Elige dos tonalidades principales y juega con sus variantes para dar profundidad y calidez. Evita la televisión y todo aparato electrónico, ya que generan radiaciones y dispersan la atención. Usa textiles naturales (algodón, lino, gasa), que permiten la transpiración y evitan la acumulación de cargas estáticas. Asegúrate de que la cama esté ubicada en un lugar protegido, con un cabecero firme y sin vigas ni estanterías pesadas encima. Dormir en un espacio limpio, armónico y libre de geopatías asegura un sueño reparador, más vitalidad durante el día y un vínculo más profundo contigo misma y con tu pareja.
Claves para un dormitorio Feng Shui óptimo:
Escoge colores neutros y suaves (beige, arena, verdes, rosas claros).
Elimina televisión y aparatos electrónicos.
Usa textiles naturales como algodón, lino o gasa.
Ubica la cama con un cabecero firme y sin vigas pesadas encima.
Dormir en un espacio limpio, armónico y libre de geopatías asegura un sueño reparador, más vitalidad durante el día y un vínculo más profundo contigo misma y con tu pareja.
La cocina en Feng shui representa la prosperidad y la nutrición, no solo física sino también emocional. Allí se preparan los alimentos que sostienen tu cuerpo, por lo que es un espacio sagrado en Feng Shui.
Cocinar de manera consciente, con pensamientos positivos y agradecimiento, impregna los alimentos de energía vital. Por eso se dice que la comida hecha con amor “cura” más que cualquier receta. Para potenciar la energía de abundancia en la cocina: Evita que la cocina sea demasiado minimalista y fría: si no inspira, no invita a cocinar. Agrega color y vitalidad con frutas frescas en un cuenco de madera o mimbre. Incorpora materiales vivos como la madera, el yute o el barro, que transmiten calor y naturalidad. Guarda los cuchillos: cuando están a la vista, generan tensión y predisponen a la discusión. Mantén un orden y limpieza diarios para evitar el Sha Chi (energía densa). Una cocina cuidada es la base de una familia saludable y un flujo constante de prosperidad.
Consejos Feng Shui para la cocina:
Agrega vitalidad con frutas frescas en un cuenco de madera o mimbre.
Incorpora materiales vivos (madera, yute, barro).
Guarda los cuchillos fuera de la vista.
Mantén orden y limpieza diaria para evitar el Sha Chi (energía densa).
Una cocina cuidada es la base de una familia saludable y un flujo constante de prosperidad.
El salón es el espacio donde se tejen los lazos afectivos. Sin embargo, en muchos hogares actuales, la televisión ocupa el centro y desplaza el diálogo familiar.
Si percibes distancia con tus hijos o que la comunicación en familia es escasa, observa tu salón. Una disposición en forma de U o semicírculo favorece la conexión visual entre los integrantes, lo que despierta la conversación y la presencia del otro. Un salón armonizado no es solo un espacio de descanso: es un escenario para compartir miradas, risas y vínculos que fortalecen la vida familiar. La importancia de ver la casa como un espejo interior.
Para mejorar la convivencia en el salón:
Coloca los sofás en forma de U o semicírculo, favoreciendo el contacto visual.
Crea rincones de conversación e interacción.
Evita que la televisión sea el único punto de atención.
Un salón armonizado favorece el diálogo, la complicidad y los vínculos familiares.
El secreto del Feng Shui no está únicamente en colocar objetos “correctos”, sino en reconocer que la casa es un reflejo de nuestro mundo interior. Ordenar, limpiar y armonizar los espacios es, en el fondo, un acto de transformación personal
Errores comunes de Feng Shui en casa que bloquean la energía
Entrada: acumular zapatos, bolsos o facturas en el recibidor.
Dormitorio: tener televisión frente a la cama o colores demasiado intensos.
Cocina: dejar cuchillos a la vista, vajilla rota o cocinar con desorden.
Salón: centrar todo en la televisión y sofás en línea recta.
Corregir estos detalles no es solo ordenar, es transformar la energía que sostiene tu vida cotidiana.
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Soy Yanina Meo, Consultora de Feng Shui, y te invito a transformar tu entorno en un lugar que potencia tu bienestar, equilibrio y éxito. Con el Feng Shui, cada rincón de tu hogar o negocio puede convertirse en un reflejo de armonía que nutre tu vida diaria. Descubre cómo pequeños cambios pueden traer grandes beneficios. ¡Haz que tu espacio trabaje a tu favor!
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